1-Organizarse
La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...
2-Ser constantes
Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
3-Pedir consejo
El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
4-Escuchar
En las preguntas de los niños y los adolescentes está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.
5-Estimular, alentar
Cualquier situación puede proporcionar
motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al
alcance de nuestros hijos.
6-Dar ejemplo
Las personas adultas somos un modelo de lectura para niños y jóvenes. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
7-Respetar
Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
8-Proponer, no imponer
Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
9-Acompañar
El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
10-Compartir
El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, novela, cómics, en Internet...