Cuando era estudiante, Schiller escribió poesías y terminó su primera obra de teatro, Los bandidos en 1781.
Según la crítica, su obra más lograda es la trilogía en verso Wallenstein (1776-1799), un drama en el cual los acontecimientos históricos adquieren una dimensión ideológica en los personajes que los protagonizan.
Schiller dedicó los últimos años de su vida al teatro, el género en el que más refulgió su talento. En 1804 vio la luz la más popular de sus obras, Guillermo Tell, en la cual el amor y la glorificación de la libertad, ideal constante en el escritor, se manifiestan de la forma más armoniosa y eficaz.