Es una filosofía estética de rebelión y relax. Es
pretenciosa en el sentido de ser desvergonzadamente artificial y elaborada. Es
siempre una pose consciente. Es estética, pero el Dandy se sonríe a sí mismo
con superioridad al transformar el slogan esteta del "arte por el propio arte"
en su propio slogan de "estilo por el propio estilo". El Dandy es un
artista cuyo lienzo es él mismo, la personificación andante de la noción
wildeana del uno mismo como obra de arte.
El Dandy es rebelde en el sentido de ser inconformista. Exhibe desdén por el continuo discurrir de ideas y lo efímero de los gustos y modas de hoy en día. Y a causa de su necesidad de tener algo contra lo que reaccionar, el Dandy define su época desafiándola, personificando su tiempo subvirtiendo las expectativas predominantes. El Dandy es un rebelde con ninguna otra causa que no sea él mismo.
El dandismo se desarrolla y depende de una situación de "dolce far niente". Así, el Dandy es un sujeto básicamente desocupado, libre de las anodinas obligaciones de la vida que tan frecuentemente interfieren con el estilo. El Dandy no trabaja. Meramente existe, ignorando la moralidad, la pasión, la ambición y los otros factores mundanos de la existencia humana que normalmente mueven a un hombre a la acción. En vez de esto, cultiva tranquilamente un cierto aire de superioridad e irresponsabilidad. Con una mueca de superioridad, sorbe un trago de absenta.
Como una expresión externa de belleza interna y superioridad innata, el dandismo es la razón de ser del hombre al que los dioses han concedido cualidades excepcionales que prueban su distinción del rebaño. ¿Arrogante? Desde luego, pero la arrogancia es el derecho de nacimiento del Dandy.
El Dandy es rebelde en el sentido de ser inconformista. Exhibe desdén por el continuo discurrir de ideas y lo efímero de los gustos y modas de hoy en día. Y a causa de su necesidad de tener algo contra lo que reaccionar, el Dandy define su época desafiándola, personificando su tiempo subvirtiendo las expectativas predominantes. El Dandy es un rebelde con ninguna otra causa que no sea él mismo.
El dandismo se desarrolla y depende de una situación de "dolce far niente". Así, el Dandy es un sujeto básicamente desocupado, libre de las anodinas obligaciones de la vida que tan frecuentemente interfieren con el estilo. El Dandy no trabaja. Meramente existe, ignorando la moralidad, la pasión, la ambición y los otros factores mundanos de la existencia humana que normalmente mueven a un hombre a la acción. En vez de esto, cultiva tranquilamente un cierto aire de superioridad e irresponsabilidad. Con una mueca de superioridad, sorbe un trago de absenta.
Como una expresión externa de belleza interna y superioridad innata, el dandismo es la razón de ser del hombre al que los dioses han concedido cualidades excepcionales que prueban su distinción del rebaño. ¿Arrogante? Desde luego, pero la arrogancia es el derecho de nacimiento del Dandy.