Un artículo de Cristina Martínez
13-05-2012
La Universidad de Alicante analiza el rechazo de Rumanía de la visión que se ha dado de su héroe nacional convirtiéndolo en vampiro.
Vlad, el espejo sin reflejo del mito de Drácula.
De la historia a la ficción. El monarca rumano Vlad el Empalador aparece como fuente de inspiración para el personaje de Drácula que Stoker llevo a la literatura. Pero Rumanía reivindica al que fue su héroe, convertido en villano.
Es cierto que fue un príncipe rumano, que vivió en un castillo y también que fue merecido su mote de El Empalador. A partir de ahí, cualquier parecido con el personaje de Drácula pasa por el tamiz de la leyenda y la imaginación. Ni vivió en Transilvania, ni bebía sangre, ni tenía colmillos y su aspecto no puede ser más distinto. Ni siquiera fue perverso. Al contrario, fue "justo, muy buen estratega y un tipo muy culto que hablaba cinco idiomas". La profesora de la Universidad de Alicante Catalina Illiescu, nacida en Rumanía, reivindica al héroe rumano del siglo XV y lo enfrenta al personaje gótico que Bram Stoker llevó a la literatura en el XIX.
Bram Stoker |
Para ello, la Sede Ciudad de Alicante acogerá del lunes al viernes próximo el ciclo Vlad el Empalador-Drácula. La soledad del monarca, la dualidad del vampiro, con conferencias de los profesores John Sandersson, José Antonio Álvarez y Catalina Illiescu, entre otros, y un cine forum. "Vamos a trazar la génesis del mito vampírico en el sigo XIX de la mano de una de las más memorables piezas de la literatura gótica, así como la trayectoria cinematográfica que lo consagra y cristaliza a través del celuloide".
La coordinadora del ciclo asegura que "dentro de Rumanía nunca ha tenido buena acogida por ser un mito rechazado por las fuentes históricas, porque el personaje real fue positivo para nosotros". Vlad fue "justiciero, un ídolo, que consiguió detener el avance del Imperio Otomano en el siglo XV y gracias a eso Europa pudo desarrollar el Renacimiento".
Vlad, el personaje real, fue rey del principado de Valaquia, que junto a Transilvania y Moldavia formaban Rumania. "Él no fue rey de Transilvania, pero al parecer a Stoker le sonó mejor porque significa "más allá de los bosques" y tenía un toque misterioso".
También tuvo muchos enemigos, entre ellos los turcos, que ante su derrota le atribuyeron poderes sobrenaturales y que bebía sangre. "Era una justificación de su derrota porque tuvo tres reinados, el más importante el segundo, de ocho años, donde realizó muchas reformas que no siempre gustaron".
En cuanto a por qué Vlad se llama Drácula en la ficción, puede ser porque había dos dinastías que luchaban por el trono, la de su linaje, Draculesti, y la Danesti. O porque su padre tenía la Orden del Dragón de Segismundo de Luxemburgo y el emblema familiar era un dragón. "Él se llama Vlad Dracul, que significa dos cosas: diablo y dragón". Y cada uno ha elegido el que más le interesaba.
Vlad Dracul |
Fuente:Información.es