Autora: María A. Domínguez Márquez
Junta de Andalucía
EL PRINCIPIO DE LA HISTORIA
Os voy a contar la historia
de un tal Alonso Quijano
que vivió sin mucha gloria
hace cuatrocientos años.
Os voy a contar la historia
de un tal Alonso Quijano
que vivió sin mucha gloria
hace cuatrocientos años.
Cervantes nos dejó escrita
esa historia de aventuras
en la que un hidalgo manchego
perdió pronto su cordura.
Vivía Alonso Quijano
en un lugar de la Mancha
era alto y desgarbado
y con una frente bien ancha.
Como todo un caballero
que se precie y tenga fama
decide cambiar su nombre
por don Quijote de la Mancha.
Los libros de caballería
vuelven loco al buen hidalgo
y decide con maestría
luchar contra los malvados.
Él se busca un escudero
que lo acompañe en batallas
que le cure las heridas
poniéndole mucha pomada.
Y le promete una ínsula
para ser gobernador
y Sancho se vuelve loco
de alegría ante aquel honor.
Don Quijote y Sancho Panza
-que era su nombre completo recorren
toda la Mancha
sin temor al sol o al viento.
El hidalgo iba montado
a lomos de Rocinante
el escudero llevaba a Rucio,
un borrico sin mucho plante.
Y a Dulcinea del Toboso
la eligió como su dama
para ofrecerle su amor
y sus valientes andanzas.