Gabriel José García Márquez nació en
Aracataca (Colombia) en 1928. Había
comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos
locales; más tarde residiría en Francia, México y
España. En Italia fue alumno del Centro Experimental de Cinematografía.
Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla : El nacional. Sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una delicada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesara, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna.
Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla : El nacional. Sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una delicada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesara, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna.
Su carrera
de escritor comenzará con una novela breve: "La hojarasca" (1955), que evidencia la fuerte
influencia del escritor norteamericano William Faulkner.
En 1961 publicó
"El
coronel no tiene quien le escriba", relato en que aparecen ya
los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una
soledad devastadora, a penas compartida con su mujer, un gallo, el recuerdo
de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria.
En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en
total- bajo el título de "Los funerales de Mamá Grande",
y publica su novela "La mala hora".
Pero toda la obra anterior a "Cien años de soledad" es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela.
Pero toda la obra anterior a "Cien años de soledad" es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela.
En efecto, muchos de los elementos de sus relatos
cobran un interés inusitado al ser integrados en "Cien años
de soledad".
En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico
de Macondo: un territorio
imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real
que lo cotidiano y lógico.
Tras este libro,
el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría
su novela preferida: "El otoño del patriarca " (1975).
Algo más tarde,
publica los cuentos "La increíble historia de la cándida
Eréndira y de su abuela desalmada" (1977), y "Crónica
de una muerte anunciada" (1981), novela breve basada en un suceso real
de amor y venganza que adquiere dimensiones de leyenda, gracias a un desarrollo
narrativo de una precisión y una intensidad insuperables.
Su siguiente
gran obra, "El amor en los tiempos del cólera", se publicó
en 1987: se trata de una historia de amor que atraviesa los tiempos y las
edades, retomando el estilo mítico y maravilloso. Una originalísima
y gran novela de amor, que revela un profundo conocimiento del corazón
humano.
En 1982 le
había sido concedido, no menos que merecidamente, el Premio Nobel
de Literatura.
Una vez concluida su anterior novela vuelve al reportaje
con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto
teatral, "Diatriba de amor para un hombre sentado" (1987), y recupera
el tema del dictador latinoamericano en "El general en su laberinto"
(1989), e incluso agrupa algunos relatos desperdigados bajo el título
"Doce
cuentos peregrinos" (1992).
En sus últimas obras,
podemos apreciar la conjunción de la novela amorosa y sentimental
con el reportaje: "Del amor y otros demonios" (1994)
y "Noticia de un secuestro" (1997).